lunes, abril 28, 2008

HUMOR DEL BUENO

Que experiencia increíble es leer a Fontanarrosa, a Dolina, a Groucho, a Woody y hasta al mismo De la Puente y cuanto se aprende de la vida a través de sus textos. Gente con calle, con vida vivida y con maestria para transmitirlo. Lo bien que me siento mientras disfruto leyéndolos.
Punto bonus y aplausos para el impresentable Ignatius Reilly de Kennedy Toole!
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DONAR SANGRE TE HACE SENTIR BIEN Y SALVA VIDAS !!

miércoles, abril 16, 2008

Adiós a los libros

El escritor español Vicente Verdú pronostica la desaparición del libro en el clásico formato de papel, para ser reemplazado por formatos electrónicos.

MEXICO (EFE).– El escritor español Vicente Verdú, que se confiesa un amante del papel, pronosticó hoy la desaparición definitiva de los libros en este formato y sostuvo que el proceso ya ha comenzado con la evolución de los medios electrónicos y virtuales.

"Toda esta melancolía, este amor al papel, es como tantas otras cosas que nos han parecido detestables. ¿Cómo íbamos a sustituir el pañuelo por el kleenex (pañuelos de papel desechable)? Pues lo hemos hecho y tantas mil cosas más", explicó.

Verdú (Elche, 1942) destacó la "mala prensa" que tiene en la actualidad el papel, con la tendencia ecologista de protección a los bosques, y aseguró que el papel reciclado no tiene la misma calidad.

Por esta "y muchas otras razones", el futuro se encuentra en los medios digitales, como e-books (libros electrónicos) con capacidad para trescientas obras, con peso liviano y lectura nítida, señaló.

A pesar de todo, Verdú publicó este año en papel con la editorial Anagrama su última novela, "No ficción", porque se considera "un antiguo".

"Yo soy de la cultura del papel y de la cultura del libro (...), amo el papel, amo el libro, amo hasta la tipografía y elijo personalmente la cubierta de mis novelas", aseguró, lo que no le impide tener un blog en Internet donde publica casi diariamente.

Verdú es también periodista, escribe regularmente en El País, diario en el que ha ocupado los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura.

El libro debe evolucionar también internamente, indicó, y no solo en su formato, al igual que lo han hecho otras expresiones artísticas como la pintura o la arquitectura.

Por ello, la obra literaria debe dejar de lado las descripciones detalladas exteriores o físicas para centrarse en el "yo" y en "paisajes interiores", como "conflictos personales, las emociones y sus sutilezas".

"La escritura está más capacitada que nadie para narrar eso, la escritura del ´yo´ es más consecuente con la vida actual", especialmente en grandes ciudades occidentales donde "todo es previsible, protegido y ordenado", indicó.

"Ahí la peripecia sucede a nivel individual", dijo, y es mejor tratarlo "con humor e ironía".

El escritor rechazó el esquema de "presentación-nudo-desenlace" para las novelas contemporáneas porque "las vidas ahora se componen de diferentes vidas, tenemos varias parejas, cambiamos de ocupación y de residencia".

"Un libro con un final pre-escrito es el modelo de una vida pre-escrita, mientras que un videojuego que tiene un final que no sabes cómo es y cambia según juegas es más representativo de cómo son las vidas ahora", sostuvo.

En su opinión, el libro dispone cada vez de un espacio más reducido frente a otros medios de comunicación, que se comunican a través de impactos, pantallas, extensión y superficie, algo incomprensible para las personas que se criaron con libros pero que supone el futuro incluso de la educación.

"Hay una mitificación del libro y un desprecio a la televisión que es errónea", dijo, puesto que aunque antes todo el saber estaba en los libros, ahora se encuentra en muchos más formatos.

"El gozo de escribir a mí me impide sofrenar una idea porque no sea políticamente correcta", concluyó.

Laura González de Artaza


http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1004627

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miércoles, abril 09, 2008

Libros en Libertad

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Tribus urbanas: Libros en libertad


Autora: Sol Amaya / Fotógrafo: Maxi Failla
Quizás el dinero no crezca en los árboles, pero… ¿y los libros? El pasado 1º de marzo un grupo de amantes de la lectura desafió a la naturaleza y convirtió a la Plaza del Lector en una plantación de árboles cuyos frutos eran libros de todo tipo y para todos los gustos. La curiosidad atrajo a los que paseaban por la zona, que no podían evitar acercarse a estos árboles vestidos de fiesta. Entre serpentinas, moños y bolsas de colores, la gente pudo darse el gusto de llevar a casa un fruto muy original: un libro libre.“¿Gratis?... ¿Es… gratis?”, preguntó atónita Beatriz, que se había apoderado de un ejemplar de la +Antología de Las mil y una noches+. “Totalmente gratis”, le confirmaron los autores de tanto revuelo que, a pesar de la amenaza de lluvia, atrajeron a cuanto peatón pasaba por la zona. “No solo es gratis: es libre y, después de que lo lea, tiene que volver a liberarlo”, fue la explicación que recibió Beatriz, que todavía no comprendía que tenía en sus manos un libro de la biblioteca global. En cajeros automáticos, en la parada del colectivo y hasta en la cima de una montaña, cada vez son más los libros liberados en el mundo. Pertenecen a Bookcrossing, un movimiento internacional que tiene sus adeptos también en la Argentina. Alrededor de 4 millones de libros están registrados en este movimiento. Para los apasionados de la lectura, el juego se convierte en una cacería en la que cada participante recorre “la jungla” en busca de una nueva presa. La idea original fue del empresario informático norteamericano Ron Hornbaker. En marzo de 2001, Hornbaker diseñó el sitio web desde el cual lectores de todo el mundo pueden conectarse entre sí. Tras observar algunos sitios que se dedicaban al seguimiento de objetos, como PhotoTag.org, que sigue la pista de cámaras descartables perdidas por el mundo, este empresario ideó un movimiento con el objetivo principal de crear una biblioteca global. Actualmente, Bookcrossing cuenta con más de 600 mil miembros. Los países en donde más se ha expandido son Inglaterra, los Estados Unidos, Canadá, Alemania y España. Argentina está dentro de los 20 países con más miembros, con aproximadamente 2.500 “beceros”, como ellos se denominan.El bautismo para convertirse en un verdadero miembro es el paso más difícil: no basta con recibir, leer y soltar; además hay que atreverse a liberar los libros propios. Soltar un texto en “la jungla”, es decir, liberarlo en un espacio público, no es tarea fácil para los principiantes. “Al principio liberaba solo los que tenía repetidos -admitió Rastelman, becero porteño que, como casi todos, prefiere ser conocido por su seudónimo-. Pero con el tiempo me animé a soltar libros que amaba, aunque fue muy difícil las primeras veces”.“Tonto es el que presta un libro y más tonto el que lo devuelve”, dice el refrán. Pero la recompensa, según coinciden sus miembros, es grande. “Es como compartir el mismo libro con gente de cualquier parte del mundo. Es leer acompañada”, dice Iluza, otra becera experimentada que no parece ya sufrir por las liberaciones. “Con el tiempo -cuentan los miembros argentinos más antiguos- la biblioteca de tu casa comienza a agrandarse y cada vez leés más”.

http://www.epu21.com/civilizacion/libros_libertad.htm