Justo una hora antes del Encuentro se largó sobre la ciudad tremendo chaparrón. Ahí mismo pensé que dos de las beceras que habían anticipado su probable asistencia, desistirían. Luego eso se confirmó. Sucedió mientras acudía a mi casa apenas unos minutos para buscar los libros que liberaría.
Llegado a La Ópera ya esperaba benceno. El mozo se apersonó a tomar el pedido y me madrugó benceno al pedir un balón. No hubo oportunidad. Me sumé sin dudarlo. Así estuvimos de gran charla actualizándonos de nuestras vidas, actividades, lecturas. Dos horas transcurrieron y apareció mycolorbuttons con una precioso cargamento de películas y revistas de cine que me tenía como feliz destinatario. Hubo una nueva ronda de balones acompañados en esta oportunidad de cinco medias porciones de fugazza. ¿Cuál es el mejor método para repartir cinco porciones entre tres personas? Hubo una que resultó ser la mejor. Los tres estuvimos mansos en la cantidad de libros que desplegamos sobre la mesa. Habría una decena cazada sin reparos.
La charla siguió con entusiasmo hasta pasadas las 22 horas con promesas de futuro Encuentro decembrino.
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