El martes 11 nos juntamos en La Ópera y cortamos la racha de cuatro meses consecutivos sin Encuentros en CABA, récord absoluto en la historia becera. El bar, ya un sitio mítico en los albores de BC en Buenos Aires allá por el 2005. Dejado de lado por diversas razones, una de ellas hacer una recorrida de reuniones por los barrios porteños.
Mi llegada fue a las ocho en punto de la noche, luego de pasar en mi trayecto por delante de la "Escuela itinerante" recién inaugurada frente al Congreso de la Nación por los gremios docentes en conflicto. Al entrar a La Ópera, debo mencionar mi remembranza de aquellos primeros años multitudinarios del apogeo becero. El vasto local tenía unas pocas mesas ocupadas junto a las ventanas y a la pared del fondo (o lateral, según por donde se ingrese). En ese rincón fue que localicé a mycolorbuttons, marilina85 y benceno, entregadas/os a unas pantagruélicas gaseosas, cafés y disociadas empanadas, bebidas y comestibles rodeban un numeroso grupo de libros apilados en dos columnas, engrosadas por cinco más que llevé para liberar.
Según supe en esos primeros minutos, ambas muchachas llevaban ya un buen rato conversando y habían logrado cruzarse una hora antes o más, durante unos cuantos minutos con quienes abrieron la reunión en horas vespertinas. Habrían sido normarisso, jegolas y poppinsmary. De este modo se iba empalmando un grupo con otro posterior, mutando la mesa en sus integrantes y sus libros.
Eso mismo volvió a ocurrir cerca de las 20:30 horas, cuando llegó nahirbengoe y en simultáneo se marchaba marilina85, apareciendo nuevos libros para cazar y otros que se iban.
Alrededor de las 21:30 horas se marchó benceno y emulando a la reunión en la pizzería Imperio de Scalabrini Ortiz y Corrientes, quedamos en intensa charla mycolorbuttons, nahirbengoe y akahige-nide. Temas de todo tipo cruzaron la mesa: viajes por el mundo, ciudades, libros y literatura, cine, vacaciones recientemente pasadas, jingles publicitarios antiguos y mucho más.
Decidimos irnos por el siguiente día laboral que se avecinaba. Eran las 23:20 cuando abandonamos el bar. La estela marcada en nuestro paso había sumado 8 asistentes en superposición.
Quizás otra/o amiga/o tenga ganas de extender con su propia mirada esta crónica muy subjetiva.
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