sábado, enero 12, 2019

Crónica del Encuentro enero 2019

Descendí del colectivo en la Plaza de los Dos Congresos, a cinco cuadras de distancia de la convocatoria en La Ópera, pasados tres minutos de las 19 horas. Sin carreras porque nuestro pacto es "a partir de...". 

Atravesé la plaza entre banderas de reclamos contra los tarifazos. Se preparaba un acto en repudio al aumento de tarifas. Mucha gente, muchas cámaras de tv con sus móviles de exteriores, todos en tren de acomodarse. Aprovecho el giro idiomático por cierta conversación posterior sobre el francés, el inglés, el castellano y sus estructuras gramaticales.

Visualizada a través de las ventanas del local nuestra mesa becera, puse en modo grabación video mi celular (reproducirlo más abajo) y así emprendí mi ingreso hacia la reunión, registrando el movimiento general en el bar y el nutrido grupo particular. En la pantallita divisé media docena de asistentes, con sorpresa algunos de ellos inesperados (más tarde supe que habían avisado en horas vespertinas en el grupo yahoo), con mi llegada ya sumábamos 7. De un lado monserratred, naufragante y mojarritas. Enfrente en el mismo orden: laloaz, mariina85, /mycolorbuttons y descolgado akahige-nide, que de haberme sentado en la cabecera formaríamos lo que en remo se conoce como "seis con timonel", pero que al llegar jegolas frente a mí quedamos en la formación 8 sin timonel. Más tarde arribó nahirbengoe con quien sí podíamos haber establecido el 8 con timonel, aunque como ya se había ido monserratred, sólo se trató de un pequeño cambio en la tripulacion. Está claro que esta descripción de las modalidades no se corresponden tanto a las regatas de remo como a las de aquellas galeras maltesas del siglo XVI.

El despliegue de libros de todo tamaño y grosor copó la superficie de la hilera de mesas, tableteada ella por las dispares consumiciones. En el caso literario se juntaron unos 45 ejemplares, que iban desde los robustos volúmenes de "Ulises" de James Joyce o "Vivir para contarla" de Gabriel García Márquez hasta los menudos "Directores de cine" de Luis Espinal o el minúsculo "Pasión" (no me enteré su autor) qué, como lombriz entre hipopótamos, no lograba llamar la atención, y si lo hacía, era por su frágil aspecto. Por el lado gastronómico, se podía descubrir desde el tradicional café con elche y medialunas, exprimido de naranja, gaseosas de las que aflojan tornillos oxidados, una grande de muzza, regueros de cerveza tirada para los comensales pizzeros, sanguchaso con de todo un poco y agua mineral. En ambos rubros había muchas opciones para rebuscárselas a gusto.

Incapaz de dar certezas sobre aquellos minutos iniciales, doy lugar a otra persona en ocuparse de contarnos. En cambio puedo finalizar mi vivencia de esa noche cuando los 5 restantes en la mesa nos embarullamos en un disparatado diálogo sobre la lectura de "Los desnudos y los muertos" de Norman Mailer, libro merecedor de todo mi respeto, pero que en cuestiones colaterales nos condujo (no su contenido) a terminar a las carcajadas por el extrañamiento de los puntos de vista modificables.

Nos despedimos hasta la próxima minutos después de las 22:30.

Desde aquel enero de 2015 en el bar/confitería Pompei (ya no existe) del barrio de Belgrano, ubicado en la avenida Cabildo, no nos juntábamos tantos beceros en el mes de enero. En las dos oportunidades fuimos 9 los asistentes. El año siguiente en el bar/museo Simik nos juntamos 6 y en 2017 no hubo reunión.

Saludos.

akahige-nide

Y unos días después mojarritas dijo:

Al relato  agrego que el reencontrarme con miembros bc me alegra la vida. 
Somos de diferentes edades, preferencias y gustos, puntos de vista, amores y odios, pero nos gusta leer . Compartir todas esas diferencias y afinidades lo siento muy saludable. No seremos amigos,ni parientes,  solo que nos gusta leer y emocionarnos y reirnos o lllorar cuando leemos.
Somos rara avis en este momento  donde impera la tecnología que nos desliza por fibra óptica y a veces -por lo menos a mí- me deja fuera de circuito
Celebro la pausa para encontrarnos en una mesa sea en bar tradicional, o mateando -como algunas veces hicimos (pese a los mosquitos) y al que asistió público infantil ( ya serán adolescentes o jóvenes adultos ¿leerán?)
Confío en poder regresar y distribuir los libros de BC que aún ocupan mi estantería, ya que allí no cumplen ninguna función , salvo de acumular polvillo y dormitorio de mi gata . Agradezco el ofrecimiento de ayuda de bceres que no los nombro ahora, pero me emociona 
 ¿quién se anota para un encuentro con tereré, jugos, al aire libre? 
Opciones: Parque Centenario, Palermo, Córdoba y Costanera (bar restoran Poseidon) propongan
Saluti a tutti
Mojarritas






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