Historias callebeceras
Miércoles a la tarde me dirijo a la reunión de bookcrossing, luego de 1 año sin tener
una en Córdoba. Iba sentada en el colectivo leyendo, cuando de repente sube un flaco
con una guitarra y empieza a tocar y cantar. Lo más asombroso de todo fue la habilidad de equilibrista del pibe que se apoyó en un asiento y cantó dos temas, mientras el colectivero esquivaba todos los pozos y realizaba maniobras dignas del mejor piloto de rally, en una
ciudad sitiada por obras públicas y vehículos desconcertados por los cortes de calles.
Cuando finaliza el improvisado concierto, el músico recorre los asientos con la funda de su
guitarra abierta a modo de “gorra”. Me fijo en mi billetera y no tenía mucho dinero, pero por supuesto como corresponde a una becera de ley, tenía libros. Le pregunto si le gusta leer y la sonrisa de su cara fue más rápida que su respuesta afirmativa. Entonces saco un libro (http://www.bookcrossing.com/journal...) de los que iba a liberar y se lo regalo, me mira sorprendido, me agradece y se baja. Lo observo desde la ventanilla con la felicidad que se
siente cuando uno entrega un objeto preciado y el otro lo recibe con la misma intensidad.
Llego al lugar propuesto por mí para la reunión y me encuentro que el bar no existía más, me
llego a buscarla a Norma que no atendía mis llamadas, le aviso a Pao que cambiábamos de
bar y finalmente llegadas las 18.30 damos comienzo al encuentro becero. Cafe con leche,
tostadas, libros, anécdotas, historias y más libros. Estábamos las tres enfrascadas en la conversación cuando veo que ingresa el músico ambulante, les digo a las chicas, ese es el
pibe al que le regalé el libro. Norma lo llama le muestra los libros que teníamos sobre la
mesa, y él saca de su funda mi regalo y nos dice: me sorprendió el gesto pero más me gustó
esto, mostrando la etiqueta de bookcrossing que tenía el interior del libro. Le dije, es un libro viajero, viene de México, a lo que él me responde: y quien sabe si no retornará ahí...
Que más agregar, que historias como éstas, de libros libres, de reunirte con personas que
aman lo mismo que vos, de ir a una reunión con dos libros y volverte con tres, me llenan
el alma.